Existen numerosas dietas que se basan en un gran consumo del agua. Estas son muy peligrosas y delicadas ya que se sabe que existe un tipo de intoxicación por agua. Un exceso de agua en el organismo puede provocar que minerales como el sodio, el magnesio o el potasio se diluyan rápidamente en el torrente sanguíneo. Todo esto da lugar a que el individuo sienta cansancio, presente calambres y una pérdida de agilidad mental.
Cuando el cerebro no encuentra niveles adecuados de sodio en el torrente sanguíneo altera su comportamiento provocando náuseas, vómitos e incluso ataca al riñón modificando su comportamiento. En casos extremos puede llega incluso a producir edemas cerebrales, comas o incluso la muerta ya que el cerebro es el órgano que más se ve afectado.
El agua constituye las 2/3 partes de nuestro organismo aproximadamente y varía según el peso y la edad. Esta no forma un conjunto en común si no que se reparte en agua intracelular (interior de las células) y agua extracelular (fuera de las células).La cantidad de agua que necesita el organismo está condicionada por la necesidad de que los líquidos corporales tengan el volumen y la concentración osmótica precisos para asegurar las funciones biológicas. La única manera que tiene el organismo de expresar su necesidad de agua es mediante la sed y por tanto de regular la cantidad que necesita de esta.
El consumo de agua diaria depende del gasto que el propio organismo necesita y de otros factores como el clima, la humedad, la actividad física, etc. En conclusión la necesidad de esta es individual para cada organismo.
El tratamiento para combatir esta intoxicación no es dejando de beber agua sino tomando alguna bebida isotónica para reponer las sales que hayamos perdido.
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